Autora: Sophia Rodríguez – Coach Financiera y Mentora de Negocios

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Gran parte de los problemas financieros que enfrentamos mi esposo y yo, cuando estábamos en nuestros 20´s eran por impulsividad.

Recién casados, con casa nueva, carros nuevos, queríamos tenerlo todo y ahora.

Este artículo no será, como cualquier otro artículo donde te dan consejos para evitar compras compulsivas como este: consejo #1. No entres a Amazon…bla, bla, bla…

Para entrar en contexto de lo que te quiero decir, déjame contarte esta historia.

Una de las cosas más fascinantes que me he encontrado en Wikipedia es la historia de Ronald James Read, su descripción lo detalla cómo, filántropo, inversor, conserje y asistente de una gasolinera estadounidense.

Ronald, nació en la zona rural de Vermont, fue el primero en su familia en graduarse de la secundaria, y para hacerlo aún más impresionante, caminaba 6,4 kilómetros todos los días hasta el colegio.

Los que conocían a Ronald, decían no que no había mucho más interesante que decir de él, vivía una vida modesta y de bajo perfil.

Trabajó como mecánico de autos en una gasolinera por 25 años y trapeó los pisos de JCPenny por 17 años. Compró una casa de 12,000 dólares a los 38 años de edad en donde vivió por el resto de su vida, enviudó a los 50 años, y nunca se volvió a casar. Read murió en el 2014 a los 92 años de edad.

Fue entonces cuando este humilde conserje se hizo noticia internacional.

En el 2014, 2,813,503 estadounidenses murieron. Unos 4,000 de ellos tenían un patrimonio de más de 8 millones de dólares cuando fallecieron. Y ¿adivina qué?

¡Ronald era uno de ellos!

El ex conserje les dejó 2 millones a sus hijastros y más de 6 millones al hospital y librería local.

Aquellos que conocían a Read, quedaron desconcertados. ¿De dónde había sacado todo ese dinero?

Resultó que no era para nada un secreto. No se había ganado la lotería o había reclamado una herencia. Read ahorró lo poco que podía y lo invirtió en acciones. Luego espero por décadas mientras esos pequeños ahorros se convertían en más de 8 millones de dólares.

Y así fue que un conserje se convirtió en filántropo.

Unos meses antes de la muerte de Ronald, otro hombre hizo los titulares de las noticias. Ex ejecutivo de Merrill Lynch obligado a declararse en bancarrota solo para mantener un techo de $ 14 millones sobre su cabeza.

Richard Fuscone, era todo lo que Ronald Read no era. Richard se graduó de Harvard con un MBA, era un ejecutivo de Merrill Lynch, una firma de asesores financieros muy prestigiosa y reconocida.

Fuscone, era tan exitoso en su carrera profesional en el área financiera que se retiró a los 40 años de edad, incluso estuvo entre los “40 bajo 40” personas de éxito en el mundo de los negocios, en la revista Crains Business Magazine

Pero entonces todo empezó a desmoronarse, a mediados de los 2000’s Fuscone se endeudo grandemente para remodelar su mansión en Greenwich, Connecticut, esta tenía once baños, 2 elevadores, 2 piscinas, 7 garajes y el costo de mantenimiento de este lugar ascendía a los $90,0000 dólares al mes.

Luego llegó el 2008 y la crisis financiera. Esta crisis afectó a todo el mundo, pero volvió polvo a Fuscone, con altas deudas, sin liquidez y con activos sin capital, se declaró en banca rota.

Ronald Read fue paciente y Richard Fuscone fue avaro.

La lección aquí no es que tienes que ser más como Ronald y menos como Richard, aunque no es mal consejo.

El solo hecho de que Ronald pueda coexistir con Richard tiene dos explicaciones.

Una, que tu resultado financiero lo determina la suerte, independientemente de la inteligencia y esfuerzo. Que puede ser en parte cierto, o dos (y creo que es la más común y que aplica a todo el mundo), que el éxito financiero no es ciencia espacial, no es nada de fórmulas secretas.

TU ÉXITO FINANCIERO DEPENDE MÁS DE CÓMO TE COMPORTAS QUE LO QUE SABES.

EXISTEN PERSONAS QUE SE HAN GRADUADO DE LAS MEJORES UNIVERSIDADES, CON CONEXIONES Y OPORTUNIDADES Y TIENEN MENOS ÉXITO FINANCIERO QUE UN SIMPLE CONSERJE DE ESCUELA QUE SOLO ESTUDIÓ HASTA DOCEAVO GRADO.

En esta primera parte de este artículo te quiero dejar con el análisis de esta historia, saca tus propias conclusiones.

Mientras tanto, antes de hacer cualquier compra, hasta las siguientes preguntas, dependiendo la etapa en la que te encuentres en tus finanzas:

  • ¿Es algo que está en mi presupuesto? (lo planificaste)
  • ¿Lo necesito ya o es algo que puede esperar planificarme mejor?
  • ¿Me estoy endeudando para comprarlo?
  • ¿Me aleja o me acerca más a mi meta financiera realizar esta compra?

Nos vemos en la segunda parte del artículo…